EL YO NO EXISTE

¿Qué es la existencia? 
Todo aquello de lo que me doy cuenta, la experimentación misma o todo lo que puedo llegar a experimentar. Entendiendo que hay diferentes tipos de experiencias: las del mundo físico-biológico, las experiencias conceptúales e interpretativas del pensamiento, hasta la fantasía imaginativa es...
una experiencia o por consecuencia un nivel de existencia.
 Si a toda experiencia la llamo existencia, ¿Hay o existe  algún yo como testigo experimentador?, ¿se puede experimentar al yo que experimenta?;  si le llamo yo al cuerpo y a la mente, ¿quién experimenta el cuerpo-mente?, ¿a qué me estoy refiriendo cuando digo yo?; si me refiero a la posibilidad de tomar consciencia de la existencia, y a esa posibilidad la llamo yo ¿Qué es esa posibilidad yo?, ¿dónde está ese yo?, ¿cómo lo experimento o lo reconozco? Si le llamo “yo” al cuerpo: el yo existe. Pero, si para mí, el yo es un indicativo de presencia-conciencia que experimenta el cuerpo, ¿Cómo experimento esa presencia-experiencia?, ¿es experimentable?
Lo mismo ocurre con lo que llamo mente. La mente, entendiéndola como información recibida y almacenada por la relación sentidos-cuerpo, experiencias retenidas como memorias o recuerdos que pueden interrelacionase entre si, surgiendo conclusiones, interpretaciones, aprendizajes, miedos y deseos etc., ¿quién experimenta esa mente?
En la investigación de esa supuesta presencia-conciencia “YO”, que aparece como la posibilidad de conocer las experiencias ( yo soy el que tomo consciencia) y que no puede ser vista,  ni tocada, ni olida, ni gustada, ni oída. Al investigar sobre ese supuesto yo, parece que sólo pueda tener consciencia de la palabra “yo” como idea, como pensamiento, pero ese yo..., ¿es algo en sí?, o ¿ese yo es sólo una idea que surge en la mente humana y la relaciono al cuerpo-mente? ¿Yo como identidad soy el cuerpo y la mente?
El Yo, como conciencia que experimenta, no es la experiencia. El Yo, como posibilidad darse-cuenta, es el instante que se funde con lo que experimento creando la unión instante-experiencia. El instante sin la experiencia-existencia no existe, o mejor dicho, no puede experimentarse. El Yo como testigo, que es el instante y la posibilidad darse-cuenta, sólo puedo percibirlo en la conciencia-existencia-experiencia (la mente) como intuición de presencia constante, como noción intuitiva atemporal de algo idéntico (Identidad), como el hilo que “Es” en todas las experiencias, lo que las enlaza y da la posibilidad de experimentarlas.
Ese idéntico-constante Yo intuido, percibido subliminalmente en todo lo que tomo consciencia, y comprendido como causa de toda posibilidad de experiencia, ese YO, no existe, sólo “ES”, pero no como existencia, ya que Eso que  “Es”, no toma consciencia de sí mismo tal como se entiende normalmente desde la mente. Eso que llamo Yo-Presencia,  parece que sólo se reconoce en la conciencia-existencia como noción de Ser en el existir, pero no se puede experimentar tal y como experimento normalmente lo que llamo existencia.
Y “Eso” que es instante-eternidad es lo que Soy (SER), que no existe, que no es nada, que es la misma nada; lo que siempre he sido “Nada-Ser”. Digo que es instante-eternidad porque la noción de mí es instantánea, y al no estar regida por el tiempo la llamo eterna. Digo que no es nada porque no es existencia, no es algo que se experimenta, cambiante, que esté envuelto en el proceso de tiempo y espacio (existencia). Y digo que es lo que soy, “SER”, porque es lo que cohesiona todo el existir como noción de mí que se mantiene durante todo cambio; a lo que puedo llamar el Yo que Soy en todas y cada una de las circunstancias. Las circunstancias pueden cambiar todas. De hecho, el cuerpo-mente se modifica, pero la noción de mí “Es” siempre y no la vivo como una experiencia en la memoria, no es una experiencia, es innato o intrínseco. Con el desarrollo de la mente humana puedo reconocer e indicar su verdad, pero siempre “Es” esa noción de Conciencia-Presencia-Yo.
 El Yo, lo reconozco en el existir por la posibilidad que da el cuerpo y mente en el nivel humano. Cuando se pierde conciencia del cuerpo y los contenidos mentales en el sueño profundo, ese reconocimiento de Yo desaparece.
Ese Yo-Presencia, que puede ser comprendido y reconocido en la existencia humana, al entender, al discernir más sobre ese Yo que “Es” y relajar la mente dejando que El Yo- Nada-Ser sea del todo, en un estado de calma mental, de paz y atención tranquila, entonces, aparece la plenitud de “Ser” que irradia pura felicidad, poder-realidad-existencia y luz-visión-conciencia. Esta experiencia no suele ser común debido, en gran parte, a la identificación personal y al enorme ajetreo mental en el ser humano.
Toda esa experiencia de felicidad-existencia-consciencia , es algo experimentable, por lo tanto, no soy yo como Identidad. Es algo que aparece en Mí, es lo más cercano a Mí en la experiencia humana. Esta experiencia no se percibe por medio los sentidos comunes ni es un producto psicológico de ideales o sugestiones mentales.  Se podrían describir como campos existenciales e infinitos, que la mente humana los registra y puede exponer o expresar aspectos y consecuencias de ellos.
En esa Nada-Yo aparece la existencia y, por consecuencia, la experiencia humana de la existencia; que no es, ni más ni menos, mas que la no-existencia junto con la existencia tomando conciencia de sí misma y pudiendo reconocer, por medio de la percepción trascendente, la no-existencia o, lo que es lo mismo, el “Yo”. ¡Qué fantástica ilusión la experiencia-existencia! ¡Todo aparece y desaparece! ¡Qué errónea interpretación la del yo como cuerpo-mente! ¡Qué búsqueda imposible la del yo como experiencia-existencia!
Desde el punto de vista de Eso que Soy, toda la experiencia-existencia surge de y en Mí, aparece en Mí, se manifiesta en Mí o,  lo que es lo mismo, es “Mí” manifestación. Desde ese punto de vista puedo decir que todas las cosas que percibo las soy como existencia, no una sola cosa sino todas ellas: soy el árbol, el pájaro, las nubes, el sol, el agua, el cuerpo, la mente y también esos campos infinitos existenciales, pero esencialmente no soy ninguna de esas experiencias. Yo no existo, Soy La Realidad no-existencia donde la existencia existe.
La experiencia humana se produce por medio de la memoria, y el mismo ser humano es un resultado de la “memoria” existencial. La evolución, como proceso existencial, es memoria acumulada; la relación como experimentación físico-química-biológica que da como resultado el cuerpo-cerebro humano, y así, la posibilidad mente humana. Y la mente, en su esencia, la forman experiencias retenidas (memoria).  ¿Cómo se puede tomar consciencia de estas palabras si no es por medio de la memoria? El funcionamiento del cerebro-mente se basa en el tiempo-memoria (interrelación de experiencias) y la posibilidad de experiencia se basa en el tiempo-espacio (el Vacío-espacio donde habita el coexistir).
Pero el YO-ESO-NADA (Yo Soy Eso que Es Nada),  también lo podría describir como el Vacío donde todo sucede, que es siempre  idéntico, constante e inalterable, que hace posible toda experiencia, y que la rapidez mental para interrelacionar la información, comprender y concienciarse tiene su eje central en el no-tiempo. Y el no-tiempo es el Vacío inexperimentable que se escapa a la posibilidad de experiencia en el tiempo-espacio, pero que continúa siendo el Yo-Identidad que da la posibilidad de la experiencia darse-cuenta, que sólo con la  reiterada intuición y percepción subliminal reconozco como Yo, Eso, Nada, Eternidad, Vació-Plenitud; El Absoluto innombrable, inimaginable, La Realidad originaria.
La reiterada intuición o percepción directa de la Realidad Yo, hace que viva ese Yo como plenitud de Ser, lleno de Sí mismo, sin faltarle nada, siendo nada.... Desde esa plenitud de Ser se vive libre, aceptando toda circunstancia y toda inteligencia que pueda modificar la circunstancia misma, entendiendo que la inteligencia que cambia la circunstancia, y la circunstancia misma, es una unidad. Todo aparece en Mí, cambia en Mí y desaparece en Mí. Vivir desde El Yo que soy te hace vivir el aquí ahora, si apegos o condicionamientos del pasado y sin ideales de ser en el futuro. Vivir la realidad instantánea de Ser en cada momento te hace vivir la plenitud y libertad que busca la mente cuando está identificada. La idea de mí como persona, no me deja vivir desde el Mí como Ser. La mente a de conocer el error y reconocer la verdad con la máxima claridad.
Cuando la persona vive con esa intuición y comprensión reiterada, hasta la total saciedad  de la Realidad Absoluta, Identidad-Yo,  entonces, se produce inevitablemente la no-búsqueda, la total aceptación existencial, dejando que la inteligencia pura, el Amor-Sentir y la Energía de la existencia funcionen con simplicidad, maximalidad y naturalidad sin preocupaciones obsesivas de la mente.
La simple sencillez de ver y comprender, sin miedo a percibir como error las creencias, ideologías o suposiciones que se tengan o se hayan tenido, y con la máxima sinceridad, partir de no saber, con ganas de comprender, quizás todo esto, sea la mejor fórmula humana para intuir con claridad la Realidad y Verdad Yo.
   
Jordi Barqué

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